"La palabra justa"

domingo, 10 de marzo de 2013

Jubilando las pensiones


          Vivimos en una sociedad de empobrecimiento a nivel económico y social. La crisis afecta al ciudadano de a pie, desde esos padres que quieren que su hijo tenga unos buenos estudios, un inmigrante que busca atención médica urgente, a un anciano que lo único que espera es llegar a los 65 años para poder cobrar una pensión y dejar esa empresa a la que había ayudado durante muchos años. Todos los recortes están afectando a nuestro día a día en el país, lo que no sabemos es lo que pasará en un futuro no muy lejano si seguimos en esta línea.


                 Por un lado, la educación y la sanidad se están yendo a pique con los recortes del gobierno actual, aunque tampoco quiero desprestigiar el mérito de la anterior campaña que ha provocado esta crisis. Mi ocupación aquí no es entrometerme en los asuntos de partidos, sino juzgar sus medidas. Una de ellas, que recae sobre los jubilados, es la de acabar con las pensiones.

  
            Una medida tomada para el futuro, pero que está empeorando el presente, como si aún siguiéramos en el pasado. Lo que pretenden es aumentar, aún más si cabe, la edad mínima para poder jubilarse y recibir una pensión. Pero ahí no acaba el problema. Además cada día realizan más y más recortes en ese subsidio, convirtiéndose en un sueldo alimenticio muy justo.


           Y esto no ayuda al desarrollo del país. Los jóvenes no pueden mejorar la economía estando en el paro, y estos jóvenes emprendedores están sin trabajo porque las personas más mayores siguen trabajando hasta los 67 años, lo que empeora el progreso. Debemos cambiar esta situación para que, al final, no tengamos a jóvenes emigrando a otros países en busca de trabajo y a ancianos trabajando en la construcción para poder sobrevivir independientemente.

¿Inmigrante o emigrante?



              La inquisición, los holocaustos, las diferencias entre gente blanca y de color... Todo esto nos suena muy lejano en el tiempo, pero no hay que retroceder mucho, concretamente al siglo XX, para contemplar que, hasta hace poco, se seguían despreciando a los extranjeros por el simple hecho de no ser del país.


           Es ese sentimiento el que se ha implantado en nuestras mentes para menospreciar a ese honrado inmigrante cuyo único propósito es salir adelante en un territorio más desarrollado que el suyo, para ayudar a su familia a la que ha tenido que abandonar en su país. Es un sentimiento que nos hace ver al extranjero como una persona que se intenta aprovechar de nuestro dinero, cuando en realidad es todo lo contrario, un currante con un trabajo indigno del que, además, le pagan una miseria por ser de donde es, y con la excusa de no tener papeles. A mí, sin embargo, me gustaría que todas esas personas que se quejan de ellos se pusieran en su piel, es decir, tuvieran que emigrar a otro país para poder tener un buen trabajo y que te acaben tratando con desprecio por intentar ganarte la vida. Es una situación que, siguiendo por esta línea, no es tan descabellada para muchos españoles hoy en día. 


            
            Los Derechos Humanos se redactaron por una razón, conseguir una sociedad mundial en la que todo el mundo fuera igual, sin importar tu raza o tu lugar de procedencia, simplemente por ser un ser humano te merecías el respeto de los demás. Esa es la mentalidad que hay que inculcar a nuestros hijos, para conseguir un futuro más prometedor donde la barrera no esté en la piel de cada uno.

sábado, 2 de marzo de 2013

Deseducación



            Seamos claros y concisos, la educación en España se está yendo al hoyo. No me gusta andarme por las ramas con temas tan serios que preocupan principalmente al futuro y desarrollo del país dentro de unos años. Porque viéndolo desde un punto de vista crítico, ¿en verdad se cree el gobierno que va a conseguir algo bueno recortando y metiendo mano en educación? Cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta que lo que estamos educando son futuros médicos, abogados y hasta presidentes del país.


            Lo que más me preocupa hoy en día es que a los políticos no les importa para nada el sistema educativo del país. A ellos lo único que les interesa es conseguir personas que no piensen por sí mismos, que sea fácil meterles una idea y que se les quede; en sí, anular nuestra imaginación y nuestra opinión crítica. Un ejemplo claro es lo que pretende este nuevo gobierno de suprimir de una vez por todas la filosofía, única asignatura en la que podías tener un criterio sobre lo que está pasando en España. Y claro está, eso a ellos no les interesa. Prefieren tener a una población controlada gracias a los medios de comunicación y demás que a un gran grupo de librepensadores que puedan ir en contra de sus medidas.

           
            Países como Finlandia, con una educación pública de calidad, se están desarrollando de una manera muy amplia hacia un futuro más prometedor, mientras que nosotros, entre recortes de un partido y decretos del otro, nos estamos quedando atrás en la evolución y desarrollo de la Unión Europea. La educación, tanto como la justicia y los medios de comunicación, debería estar desvinculada de la política para poder ser independiente de la ideología propia del partido gobernante y así conseguir unos estudiantes más concienciados y dispuestos a mejorar el país, porque ¿qué sería de nosotros sin la educación?

            “Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad.” Luis Cernuda

            “Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar le nutrirás toda la vida” Proverbio chino

viernes, 1 de marzo de 2013

Libertad relativa



              La visión general de la sociedad desarrollada actual se basa en la libertad en todos los aspectos de la vida del ciudadano dentro de esa sociedad. Sin embargo, mirando a grandes rasgos el sistema social y político de muchos países (no sólo de España) vemos que en muchos de ellos se quebrantan ese derecho inviolable que debería poseer todo hombre: LA LIBERTAD.

            En muchos lugares la libertad se restringe sólo al ámbito social, dejando a un lado la libertad en cuanto a la política, la libertad de expresión etc. En política todo el mundo habla de una Democracia donde todos somos libres de elegir a nuestro representante para que vele por nosotros, pero todo muy relativo ya que muchos de ellos sólo buscan su propio beneficio. Como defendían grandes filósofos como Bentham, la educación también está controlada para que seamos mucho más manejables y fáciles de manipular. Otros, como Noam Chomsky en “10 estrategias de manipulación mediática” criticaba a los medios de comunicación como principal causa de no ser autónomos y por tanto, no llegar nunca a ser libres, utilizando diferentes formas de persuasión y confusión que nos hacen llegar a creer nuestra propia culpabilidad en problemas como la crisis, cuando son ellos mismos los causantes, para lograr un cambio profundo empezando por nuestras mentes frágiles y corrompidas por toda la "basura" que nos hacen tragar.


         Lo que en un primer momento buscaba Kant con la Ilustración era conseguir una sociedad que se valiera de sí misma sin necesidad de tutela alguna. Eso mismo es lo que necesitamos hoy en día, poder valernos de la razón para poder pensar por nosotros mismos e intentar mejorar el sistema, que es algo que a los políticos no les interesa pero que debemos defender. “La libertad aún no la tenemos, hay que luchar por ella”.