"La palabra justa"

viernes, 12 de julio de 2013

IN-Justicia

               
         Desde siempre se ha dicho que la justicia es ciega... Sí, claro. Eso es lo que dicen todos esos políticos y banqueros, corruptos y degenerados, para los que la igualdad no significa nada. Ellos sólo tienen que sacar un sobre y todo arreglado. Así va España, amigos míos. Los ricos cada vez son más ricos. Roban dinero al pueblo y se lo llevan a sus cuentas de paraísos fiscales, libres de impuestos, para seguir engordando y engordando su billetera, sin importarles nada que el país se esté hundiendo.


            
          Esa es la situación hoy en día, una paradójica inversión de la historia de Robin Hood, gente adinerada que roba a los pobres para enriquecerse aún más. Y de seguir así, este cuento no nos augura un buen final. Cuanto más dinero se lleven, menos habrá en las arcas del Estado, por tanto habrá que hacer más recortes, y ya sabemos todos las consecuencias de esas crueles e innecesarias reformas. Como sigamos así, los pobres serán cada vez más pobres, no podrán pagar una buena educación ni una sanidad en condiciones, y no nos olvidemos de la justicia, que ahora funciona a golpe de talonario, una reforma con el único fin de seguir ayudando al obrero español.



        Todos los partidos están en busca de la solución perfecta para poder salir de este “bache temporal” en el que estamos inmersos. Sin embargo, lo más fácil para solucionar esta crisis sería quitarles todo ese dinero a los ladrones para devolvérselo al pueblo, pero claro, eso no les favorecería en absoluto. Y mientras el ex tesorero o el hierno del mismísimo Rey que desvalijan a Hacienda siguen en la calle, un pobre hombre que roba pan para dar de comer a sus hijos es encarcelado 20 años. ¿Por qué? Porque la justicia es igual para todos.


Consumismo inconsciente



          Vivimos en una sociedad de consumo. Desde niños, ya nos meten en la cabeza el hecho de que comprar es bueno, que necesitamos comprar para sobrevivir. Así, estas pequeñas criaturas llegan a la adolescencia deseando lo mejor de lo mejor, todo de marca por supuesto, para no ser el único “loser” que no sigue la moda. Es así, y no sólo a esa edad, cuando vamos creciendo los medios de comunicación nos hacen ver que necesitamos todo lo innecesario que esté en venta.

          “Tenemos que comprar la televisión de pantalla plana con la última videoconsola al niño, el iPad de última generación y un portátil a la niña y, por supuesto, lo mejorcito en móviles para nosotros, que somos los más modernos.” Una era tecnológica que más que avanzar está retrasando, además de abobar a todo el mundo. Pero esto no sólo se queda en lo referido a las máquinas, al final nosotros mismos nos estamos obligando a comprar cosas que no valen para nada, y que, al final, acaban tiradas en el desván. Pero no aprendemos, y seguimos despilfarrando a lo tonto. Nos hemos convertido en esclavos de la publicidad, de todos los anuncios de cosméticos, aparatos y baratijas ya sea en televisión, en la calle y hasta en el ordenador. No los podemos evitar. Sólo falta que invadan nuestros sueños.


   Todo esto sólo puede conllevar a no llegar a fin de mes, acabar con el agua al cuello, gracias a que nos dejamos persuadir por las astucias de marketing modernas. Tenemos que consumir con cabeza, hacerlo responsablemente, porque sino, las grandes empresas nos estarían ganando el pulso. No te dejes engañar, la sociedad de bienestar no es para todos por igual.


"Todo el día currando como un cabrón hasta las 10 por un salario de mierda que no me llega a fin de mes. Pero la tele me dice que tengo que consumir. Acepto con sumo gusto, yo me dejo persuadir"